Requiere el mismo coraje radicarse en una tierra ajena y lejana,
adaptarse a una realidad esencialmente distinta,
como no asentarse nunca en ninguna parte
y rehusarle a lo cotidiano.
Quienes optan por lo primero
se establecen sin abandonar nunca esa cualidad de extranjero
que les recuerda que todo lo que es
puede ser de otra manera.
Los nómades, en cambio, le escapan
a lo conocido, a lo familiar, a las rutinas
para embarcarse en una búsqueda para encontrarse a sí mismos
en las miradas de los otros,
en todo aquello
que no son.
Y después, están todos los demás.
adaptarse a una realidad esencialmente distinta,
como no asentarse nunca en ninguna parte
y rehusarle a lo cotidiano.
Quienes optan por lo primero
se establecen sin abandonar nunca esa cualidad de extranjero
que les recuerda que todo lo que es
puede ser de otra manera.
Los nómades, en cambio, le escapan
a lo conocido, a lo familiar, a las rutinas
para embarcarse en una búsqueda para encontrarse a sí mismos
en las miradas de los otros,
en todo aquello
que no son.
Y después, están todos los demás.
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