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Mostrando entradas de mayo, 2017

A veces

A veces, así como así, se me llenan los ojos de tristeza, un nudo de arena en la garganta (a veces justo atrás del esternón) El nudo se ajusta de golpe, tira hacia abajo, sin aviso, sin motivo. Tristeza sin causa, sin razón. Profunda. Arcaica. Pero en esta falta de lógica o explicación descubro cuando miro sin ver el paisaje desde el tren que hay un indicio de conexión entre esta tristeza y ciertos momentos. A saber: los atardeceres rosas los mares bravos las montañas en la niebla un abrazo largo un viaje sobre rieles En síntesis, en todas esas imágenes de abrumadora belleza que le dicen a mis ojos: no pueden verlo todo a mi cabeza: no podés saberlo todo a mi pecho no podés amarlo todo a mis pies no pueden recorrerlo todo. La tristeza viajera (pues así la he llamado) me ataca ahí   (justo ahí) donde más duele en mi conciencia de lo mucho que quiero ver y el poco tiempo que tengo. Es el balance desequilibr