¿Pueblos grandes o ciudades chicas? Las "capitales" de la República de Irlanda (Dublin, Cork, Galway) tienen un denominador común: es muy difícil describirlas. Todas se parecen, pero también tiene un "no sé qué" que las hace especiales. De Galway me esperaba un pueblo pesquero y me sorprendió una señora ciudad, llena de movimiento, música y color. A Dublin me la imaginaba ruidosa e indiferente como suelen ser las capitales, pero me descolocó con su aire de familiaridad y de "acá todos nos conocemos". La jovial y cosmopolita ciudad universitaria de Galway me hostigó con lluvia y vientos arremolinados, y me hizo sentir una extranjera. Dublin, en cambio, me abrazó de buenas a primeras, con cielos azules; y, más tarde, cuando ya nos conocíamos, se animó a acariciarme con gotitas que no mojan y nubes grises que no entristecen. Dublin me abrió sus puertas de colores, me regaló sus rinconcitos verdes custodiados por poetas poco serios, y me dejó conocerla en l