"Un guerrero, en cambio, es un cazador. Todo lo calcula. Eso es control. Pero una vez terminados sus cálculos, actúa. Se deja ir. Eso es abandono. Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie lo empuja; nadie lo obliga a hacer cosas en contra de sí mismo o de lo que juzgue correcto. Un guerrero está entonado para sobrevivir, y sobrevive del mejor modo posible." (...) - Ya sé, ya sé -dijo Don Juan con paciencia-. Lograr el ánimo de un guerrero no es una cosa sencilla. Es una revolución. Considerar iguales al puma y a las ratas de agua y a nuestros semejantes es un acto magnífico del espíritu del guerrero. Se necesita poder para llevarlo a cabo. (De C. Castaneda, Viaje a Ixtlán )